ALBA RUIZ BUITRAGO. PRÁCTICA 2. LA MIRADA DEL OTRO. #INVTICUA21 LA LECTURA ME DESCONFINÓ
Me llamo Macarena, estoy en 3º de la ESO y muchas personas me dicen que estoy en una etapa muy difícil, pero me siento genial. Mis padres creen que el uso de las redes sociales es una fase de mi vida, pues no entienden que me comunico con el mundo a través de aplicaciones.
Mi círculo cercano siempre ha depositado muchísima fe en mí, aunque me halaga, a veces siento que tomo decisiones para agradar a mis familiares. Tengo quince años y me ahoga la decisión que debo de tomar cuando tenga dieciocho. ¿Cuántos padres prefieren las ciencias a las letras? En mi caso es así, les ven más futuro laboral, pero deberían reflexionar sobre mi felicidad.
¿Habéis sentido alguna vez la admiración? Es una sensación increíble, que experimento con las personas que tienen un don para crear y contar historias. Esto me sucede con algunas de mis profesoras, ya que me hacen descubrir partes ocultas de mi interior. Durante el confinamiento aproveché para leer algunos de los libros que me habían recomendado.
Mis horas de lectura durante el confinamiento eran de seis a ocho de la tarde, después de aplaudir a los sanitarios me ponía con Netflix o Amazon Prime. El primer libro que me leí fue muy fácil de escoger, ya que mi hermana mayor lo tenía en su habitación. Con La historia interminable me olvidé del mundo, medité sobre la importancia de ser fiel a mi pensamiento. La fantasía me encanta; por eso me fascinó descubrir, el año pasado, a Laura Gallego y su trilogía, Memorias de Idhún.
Los días eran bastante monótonos, finalizaba un libro y comenzaba otro. Además, admito que pasé incontables horas frente al móvil, mirando Instagram y TikTok. Una vez devorado mi primer libro, en tiempo récord, me puse con El príncipe de la niebla. Este me lo habían aconsejado en repetidas ocasiones, pero nunca encontré el momento adecuado, hasta que tuve 24 horas al día disponibles. Otro que me liberó de la frustración fue El Principito.
Durante el confinamiento y la desescalada he pasado la mayor parte del tiempo en mi habitación, mi refugio. Mis padres estaban en ERTE y mi hermana mayor con clases online, eso generaba un ruido enloquecedor. En una comida, a finales de abril, me atreví a pedir varios libros. Miré a mis padres y les demandé: Las ventajas de ser un marginado, Mentira y Monstruo de ojos verdes. Sonrieron y me dijeron que sí, pero me ofrecieron dar clases de matemáticas online. Siempre la misma historia... Les comuniqué que había descartado la rama de ciencias, ¡era una chica de letras! No lo comprendieron en ese momento, pero estaba dispuesta a luchar por lo que quería.
Tanto tiempo encerrada me hizo meditar y al final comprendí que nadie iba a decidir mi futuro. ¿Quién se cree tan sabio como para frenar los sueños de los demás? No sé qué seré de mayor, pero la lectura me seguirá en cualquier camino.
Comentarios
Publicar un comentario