ALFONSO FERNÁNDEZ CASTILLO. PRÁCTICA 6: MEMES. #INVTICUA21

Uno de los aspectos negativos que ha traído la pandemia del coronavirus ha sido sin duda la falta de contacto que existe entre los alumnos que formamos parte de este Máster de Profesorado. Considero necesaria esa relación de compañerismo que se suele forjar en persona, cuando te vas viendo cada semana en clase y compartes alguna que otra impresión antes, durante y después de la misma.

Ahora, nos hemos tenido que adaptar a la nueva situación y las reuniones de Meet o en el aula virtual se han convertido en la única manera de poder recibir la información de los docentes. A veces, se agradece el hecho de no tener que ir hasta San Vicente, pero, en otras ocasiones, añoras esa presencia física de los compañeros, a los que solo puedes saludar desde la distancia que supone la conexión vía online.

Aun así, algunos días se agradecía el rato que pasamos en la red debatiendo y participando en las clases de forma virtual. Desde casa, con el pijama debajo puesto (y encima también si no te pedía el profesor que encendieras la cámara), el café en mano y el perro o el gato en tu regazo, hasta te divertías escuchando los comentarios de la gente y alguna sonrisa sacabas a pasear.

Sin embargo, en estas últimas semanas, toda esa energía nos la están quitando las continuas actividades que nos van mandado semanalmente. A ello habría que sumar el final de las prácticas, el Trabajo de Fin de Máster (parece mentira, pero nos quedan apenas dos meses), las dos memorias, el tuit diario, el valenciano impuesto con vistas a las oposiciones y un largo etcétera que a uno le hace estar todos los días ocupado.

Así que sí, de la alegría inicial que nos producían las clases virtuales de este Máster, hemos pasado al estrés constante que suele venir después de haber acabado cualquier lección. Es como si no acabaran nunca las tareas, sean optativas o no. Menos mal que uno cuenta con su agenda particular. Aunque da miedo mirarla con todo lo que ya he anotado y lo que queda por apuntar.