ISABEL BERNÁ NAVARRO. PRÁCTICA 7. JUEGOS LITERARIOS.
Para esta práctica quiero hablaros de una actividad que utilicé durante mi experiencia como profesora de ELE en el Instituto Cervantes de Manchester. Siempre he creído que uno aprende mejor cuando disfruta haciéndolo, como ya decía Horacio en el siglo I a.C. con su prodesse et delectare. Es por eso que trato de buscar recursos didácticos que me ayuden a dinamizar las clases y practicar la teoría de diferentes maneras. Esto era especialmente necesario en las clases del Cervantes, ya que duraban 3 horas en horario de tarde y los estudiantes eran adultos con la motivación justa después de una larga jornada laboral. Una de las actividades que se me ocurrieron para no dormirnos en clase fue jugar al Twister.
Para aquellos que no conozcan el juego se trata de
un juego para varias personas (ahí está la gracia). Para ello solo necesitamos
la base del juego (una especie de alfombra plastificada con filas de círculos
de colores) y una ruleta. Uno de los jugadores se encargará de la ruleta, con
cada tirada indicará a otro de los jugadores qué parte del cuerpo tiene que
poner en qué color. Lo que suele ocurrir es que se forma un lío de brazos y
piernas de los participantes que intentarán mantener el equilibrio para no
perder. En mi caso, lo utilizaba con los alumnos y las alumnas de los niveles
A1 y A2 para practicar el vocabulario de las partes del cuerpo, las direcciones
(derecha e izquierda) y los colores. Es una manera de romper la rutina, de hacerlos participar de manera activa y de paso obligarles a que se muevan y así romper la monotonía de la clase. Es verdad que al principio los adultos suelen
ser reacios a cualquier cosa que implique en sus mentes hacer el ridículo pero
una vez que los convencía acababan por los suelos, partidos de risa y
recordando para siempre la clase en la que aprendieron a decir “mano derecha al
amarillo”.
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